viernes, 5 de agosto de 2011

Ser prolíficos



Ser prolíficos,
Ahora y en todas las horas de nuestra vida
Ser prolíficos.
Amar con todo lo que se pueda:
Con la mente, los ojos y las uñas.
Amar a nuestra mujer, a nuestro hombre;
Amar al amigo, al hijo y, si se puede,
a nuestra propia sangre.
Respirar todos los aires: ¡respirar!
El hielo de la noche que se muere,
Respirar la brisa,
Atrapar toda la bosta de un suspiro.
Ser prolífico en la vida, en la luz.
Paralizarse de miedo, enfriarse como un rolito;
Abrir todos los vinos
Y brindar hasta que la zanja
Sea nuestra almohada más mullida.
Parir, tener cien hijos.
¡Escribir! Acariciar las letras,
Almidonar alguna frase, afear otra.
Escribir hasta sangrar hasta doler hasta reir.
Dejar millones de páginas a nuestro paso.
Cincelar los adjetivos, cagar la letra, ¡escribir!
Hacer proliferar los buenos sueños,
Las manos entretejidas.
Hacer proliferar la empatía;
Ponerse siempre en el lugar del otro y sentir.
No hacerse el gil:
Sentir las cejas cargadas de mugre, el sol en la jeta,
El vino rancio, como una lija atravesando la gola.
Gritar la injusticia, atacarla;
Juntarse con los que gritan.
Ser prolíficos en los abrazos.
En suma, hacer proliferar
Espalda contra espalda
Las espadas contra el egoísmo.