miércoles, 6 de abril de 2011

Flujo de mierda espesa: ¿cómo crecemos sobre la crítica?


Expreso lo que siento hoy: estoy totalmente indignado y decepcionado. Decepcionado con el sindicalismo, decepcionado con los periodistas que defienden este proyecto nacional y popular, al que apoyo absolutamente. Decepcionado con los funcionarios ministeriales. Enojado. Ayer quise escuchar la otra campana del caso Luis Siri (delegado representante de los trabajadores de AGT). Es decir, no la de TN y Clarín que, como sabemos, nos repite su versión hasta el cansancio. La otra campana, la de los que estamos del mismo lado. Por eso encendí la tele y puse 6-7-8. Lo que ví allí me decepcionó aún más que el pedido de guita que Siri hizo a las lacras de Clarín. Muchachos: no se puede defender lo indefendible. Víctor Hugo Morales: usted que entrevistó a Siri una vez que se dio a conocer el video que lo involucra, ¿no se da cuenta que el delegado gremial le está mintiendo descaradamente en la cara? Así como en otras ocasiones decidió tomar una posición absolutamente combativa y en contra de los intereses monopólicos desde su lugar de periodista reconocido, ¿no puede hoy esbozar una crítica hacia ese impresentable de Siri, y mandarlo a la recontramierda sin decir agua va? Juan Pablo Varsky: su hipótesis es insostenible. Sabemos que el Grupo Clarín incurre en un delito al filmar con cámara oculta a un representante de los trabajadores, pero vamos, la falta en la que incurre Siri, ¿no merece un repudio absoluto? Supuestamente, el tipo está defendiendo los intereses de los trabajadores: ¿entonces qué hace transando y solicitando más de $ 3 millones para su bolsillo? Señores periodistas del panel y la producción de 6-7-8,: rechazo absolutamente -y detesto- la posición que han adoptado, tratando de justificar una conducta condenable, y contrapesando con argumentos que, aunque fortísimos (caso Herrera de Noble, expropiación de Papel Prensa, su ruta), de ninguna manera sirven para mitigar la horrible conducta adoptada por un supuesto representante de los laburantes. Señores periodistas que defienden este proyecto: estamos del mismo lado, e insisto en que continuaré apoyando este proyecto. Pero de ninguna manera debemos renunciar a las banderas de la verosimilitud (ni siquiera menciono la palabra “verdad”). No podemos justificar lo injustificable, y mucho menos debemos dejar de lado la crítica a los aspectos flojos de este gobierno: soy consciente de que para que el proyecto siga debemos tragar el sapo gordo de la pata sindical. Sólo que hoy las paredes de mi garganta no soportan más este flujo de mierda espesa.